lunes, 15 de julio de 2013

Zen


 Comparto con ustedes este hermoso audio

Zen: unidad; el vacío está detrás de la forma, la forma está detrás del vació; arriba y abajo son lo mismo…
 
Ayer fue mi “clausura” de introducción a la meditación Zen ¿que he aprendido yo en estos cinco meses?: Fe y persistencia. Fe que mi práctica diaria tiene un propósito y que ese propósito –aunque no esté muy segura como lo reconoceré– se develara por sí mismo; y persistencia porque pese a que cada día que medito mi mente parece un mono que trepa de árbol en árbol, solo con práctica y amor lograré comprender que es Ser.

El Zen no es algo que hay que aprender, es algo que se vive, es una experiencia. Supongo que el día a día entonces son lecciones de Zen. Definitivamente tengo mucho que recorrer pues son muchos años invertidos en buscar paz de una manera que lo último que me ha dado es paz.
  

Lo importante no es llegar, lo importante es el camino…
Fito Paez.


Estos cinco meses de práctica han sido una forma de captar con lo primero que tengo que trabajar: presencia, aceptar y amar mi ansiedad; pues siempre he querido las cosas para ya: aprender ya, ser la mejor ya, alcanzar mis objetivos ya, y por supuesto –e irónicamente– encontrar paz ya. Ya no sufrir, ya no llorar, ya no temer pero creo que es imposible ya no llorar, ya no sufrir y ya no temer, o por lo menos no de la manera que yo quería hacerlo; ahora tengo que aceptar llorar, aceptar sufrir y aceptar temer para dejar de hacerlo.

1 comentario:

  1. Definitivamente estamos inmersos en el mundo de las satisfacciones inmediatas, en donde la rapidez es una condición esencial de nuestro diario vivir, porque eso implica que somos eficientes y tenemos mas tiempo. La pregunta, ¿más tiempo para que? Hay que disfrutar el viaje de la vida...cada segundo cuenta y es tan importante llegar a la meta como disfrutar cada segundo de nuestro camino a ese final del Arcoiris.

    ResponderEliminar